Ya perdí la cuenta de hace cuántos años estoy yendo a veranear a Mar del Plata. Ya es una cuestión familiar.Se acerca noviembre o diciembre y nos preguntamos qué día viajamos, a dónde vamos a ir, qué vamos a hacer una vez que lleguemos...es todo un acontecimiento las vacaciones y más cuando se disfrutan en familia...
Desde 1993 alquilamos la misma casa, ubicada sobre la calle French en el barrio La Perla. Barrio tranquilo si los hay, es un lugar que transmite paz y descanso. No estamos cerca del ruido y del alboroto con el que se asocia a Mardel. A 4 cuadras de la playa, es EL lugar soñado, a mi humilde parecer. Es perfecto.
Es cierto que uno en vacaciones hace cosas que habitualmente no hace en su casa. El desayuno es una de ellas. A lo largo del año, cada uno tiene sus obligaciones y quizás muy pocas veces nos encontramos a la mañana por eso en Mar del Plata esto cambia. La primera comida del día se comparte entre todos y se planifica lo que vamos a hacer durante el día.
En general elegimos Punta Mogotes para ir a la playa, por la calidad del mar y sus playas, amplias carpas, la arena finita, la pileta que tienen los diferentes balnearios y por la variedad de actividades para toda la familia.
Los días que no hay playa (los menos), particularmente me voy para el centro a caminar y ver qué hay para comprar (siempre algo me llevo), al shopping Los Gallegos, al cine o llevo a mi sobrina a pasear. Este año fuimos juntas al Aquarium que abrió nuevamente no hace mucho y la pasamos increíblemente bien.
Por la noche, me gusta ir al Casino y ver si la suerte me acompaña pero sólo me traigo de vuelta algunas anécdotas. También voy a tomar algo con amigas si van a Mardel también o a bailar...
En definitiva, la ciudad Feliz es un lugar en que el abundan las opciones a la hora de disfrutar de unas buenas vacaciones...A mí me gustaría que fuese más que eso...
